Si cuando has perdido el camino, recuerdas que era lo que te hacía vivir, que era lo que te hacía sentir que no estabas perdiendo el tiempo es que en tus pensamientos has restado lo que te ha hecho ser vulnerable y sin comerlo ni beberlo (o sí) se te ha vuelto a abrir la puerta de la imaginación y con ella un ejército de sonrisas que a partir de ahora lo vencerán todo
El secreto de la boticaria - Sarah Penner
Hace 1 mes
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