27 de octubre de 2011

Tres deseos materiales

Uno que ya he adquirido

Botas de agua

Porque siempre he querido tener unas, porque a pesar de que tengo 37 sigo teniendo la irresistible tentación de saltar en medio de un charco, porque se que ahí está mi esencia y porque este acto tiene también un poco de rebeldía. Los actos externos son reflejos de lo interno, o así lo siento yo. Y quiero protestar, por esta vida que nos pega esas palizas sin comerlo ni beberlo, porque nos pasamos media vida (los que aún tenemos suerte de tenerla) con un quiero y no puedo, un “mañana lo hago” un..que tontería comprar esto ahora..soy una persona adulta..qué tendrá que ver el tocino con la velocidad? Aguantar un sufrimiento interno que a veces te machaca hasta que no puedes más y aún así seguir adelante ya es suficientemente adulto, hay que volver a los deseos más tontos y que lo mayoría son fáciles de conseguir...salirse de la cola gris llena de caras desmejoradas que ni siquiera buscan una sonrisa.


Este gorro de H& M



















Porque los gorros son un gran homenaje a la amistad que me unía (y me seguirá uniendo) a Escarlata, le encantaban mis gorros y reconozco que tengo una gran adicción a ellos aunque luego no me los ponga porque me da vergüenza, tema que también tengo que superar


Y un paraguas transparente

Para dejar el peso del llanto al cielo y por un momento ser solo la que observa, porque no quiero andar oculta en días grises y porque siempre me han gustado los paraguas transparentes!!!!!!!!!

23 de octubre de 2011

Inspira bien fuerte...expira...

A veces, se necesita hacer un pequeño break en tu vida. Dejar de correr y pararse a respirar profundamente, más cuando te das cuenta de que ya no sabes hacia donde corres.

Seguir corriendo cuando ves que te estás ahogando es de locos, así que este fin de semana ha sido de parón, de meditación, de hacer sólo lo que me apetece...

Con esto no quiero decir que no me apetezca lo que hago cada día ni que lo esté haciendo por obligación pero es que cuando no hay una cosa hay otra y así los días se van volando lamentándose de que en toda la vorágine de sucesos te olvidas un poco de tí misma y de lo importante que eres para tí.

Me falta tiempo, me faltan fuerzas para abarcar todo y empiezo a entrar en una etapa donde sólo quiero estar tranquila, sin obligaciones.

El trabajo es caótico como siempre y todo va cada vez peor (llámese la crisis o lo mal que gestionan los temas)

El lunes Inglés y baile (al que llego a medias y con la lengua fuera, el miércoles Chino, el jueves Inglés, el viernes alineación mental en la Fundación Ronald y fines de semana que siempre tienen algo.

No me quejo de mi vida, simplemente digo que necesito frenar el ritmo y que este fin de semana me está sentando genial.

He limpiado un poco el piso, he comido lo que me apetecía, he pintado mandalas (sobre lo que escribiré en otro post..), hoy por la tarde iré al cine....

Necesitaba ...frenar...ya veremos ahora como arranco de nuevo :)

18 de octubre de 2011

9 de octubre de 2011

Que alguien me diga que esto es coña y no lo venden...



Por favor, que alguien me lo diga!!!!!!!!!!!!!! ¿lo habéis escuchado entero???

Nota: espero que nadie se ofenda, sólo expreso mi punto de vista

4 de octubre de 2011

Otra anécdota









Es difícil tener tanto que decir y que te salgan tan pocas palabras.

Ayer tuve uno de esos pensamientos que me llegan muy a menudo sobre lo orgullosa que estoy de haber estado contigo todos estos años. Pero este pensamiento aún es sal y yo la herida aún la tengo muy abierta.

No quería que este post fuera triste, así que voy a recordar uno de los momentos “Pelusas Callejeras”

“El lanzamiento del jamón dulce”

Muchas veces, a la salida del cole, mi madre nos mandaba al super que había a tres calles de donde vivía y casualmente siempre teníamos que comprar jamón dulce, lo cierto es que no recuerdo ningún otro alimento así que ahora no se que clase de alimentación llevaba...en fin..el caso es que cuando íbamos nos poníamos super contentas (más de lo que ya lo estábamos habitualmente) porque sabíamos que una vez comprado y fuera en la calle empezaríamos el lanzamiento del jamón dulce, deporte archiconocido en la C/ Cadí.

Nos separábamos como unos 5 metros la una de la otra y procedíamos primero de forma muy light a lanzarnos el paquete, pero claro...la intensidad iba aumentando y al final lo acabábamos lanzando para todos los lados menos de una para la otra. Recuerdo haberlo tirado con ansia contra las paredes...y lo que nos hacía reir aquello era poco...

Luego, una vez desfogadas y es que sabíamos gestionar el stress de una manera muy sana, volvíamos a casa y se lo dábamos a mi madre, la cual supongo que ya estaba acostumbrada porque no decía absolutamente nada.

Y de ahí supongo que han salido la finísimas lonchas de Campofrío...nos quitaron la idea..

Por suerte, tengo mil recuerdos para escoger cuando me siento triste y esto a la vez...me vuelve a hinchar de orgullo