8 de septiembre de 2008

Un pensamiento sospechoso


Ayer, divagando entre aquellos pensamientos que nacen para morir, encontré uno que me llamó la atención, estaba mal archivado, así que lo cogí de las orejas y me lo llevé a aquella sección de pensamientos que tienen algo que los hace diferentes y de origen desconocido.

Hoy he decidido llevármelo de paseo. Nos hemos sentado en un banco de un parque cualquiera y he compartido con él mi bolsa de caramelos en un intento poco disimulado de comprar su información. El disimulo no es mi habilidad más destacada, así que enseguida se me ha visto el plumero, lo llevaba en el bolso con el afán de ir desempolvando todo aquello que me ahoga.

En la forma de su mirada he podido ver que iba a ser una conversación seria y un hándicap concluyente en mi vida.

El pensamiento me ha explicado, a su manera, que había nacido de la certeza de que todo cambia, que nada es eterno y que estamos en continuo movimiento, nos guste o no.
Me ha costado, pero le he entendido y ahora sé que hay historias que mueren poco a poco.

1 comentarios:

Escarlata dijo...

Es un pensamiento triste y bonito a la vez...Puede que algunas cosas mueran poco a poco, pero lo importante es que dejen un buen recuerdo.