El otro día una persona con la que hablaba tuvo una reacción de personalidad con la que me vi identificada. No me gustó en absoluto, no por el hecho de que me hubiese topado con otro yo, sino por el hecho de que reconocía en mí esa actitud y visto desde fuera parecía un tanto estúpida.
Una vez fuera de mi súbito autismo, caí en la cuenta de que tal vez yo pensara que me gustaba mi carácter, pero que posiblemente me engañaba, lo cual me llevó a desarrollar toda una serie de pensamientos sobre si sería capaz de convivir con otro yo, rotundamente no. Hay cosas que me gustan de mí pero hay un gran porcentaje que detesto.
No sería genial cerrar los ojos, vernos desde fuera y corregir todo aquello que no nos gusta de nosotros mismos? En todo caso tal vez sea fácil hacerlo, pero poco cómodo mejorarlo, el aprendizaje supongo que es complicado. De todos modos yo lo voy a intentar, quien sabe si descubriré nuevos caminos alternativos….
El secreto de la boticaria - Sarah Penner
Hace 1 mes
1 comentarios:
Complicado lo de cambiar lo que no nos gusta de nosotros... Es parte de nuestra personalidad, a ver si luego lo cambias y te gustas menos...
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