Son casi las 12 de la madrugada y empiezan a estar cansadas. De repente, se oye un ruido en el piso de abajo.
- ¿Has oído eso? –dice Ester
De nuevo se oye algo parecido a unos pasos.
- Serán mis padres.
- Pero si la fiesta empezaba a las 11, es muy pronto para volver.
Los pasos se acercan por la escalera.
- Alguien está subiendo – dice Ester con el corazón en la garganta.
Sara se levanta a escuchar.
- Qué miedica eres, seguro que es Toby, cuando hemos subido dormía en el salón. Le tendré que abrir.
- No abras, por favor.
Algo está justo al lado de la puerta, se oyen unos arañazos sobre la madera, y un gemido.
- Pobrecito Toby... – Ester pone la mano en el pestillo.
- ¡Eso no es Toby! ¡Los arañazos se oyen más arriba!
Ester intenta detener a su amiga, justo en el momento en que ella descorre el pestillo, y abre la puerta...
Los padres de Sara llegan a casa pasadas las 3. Al llegar al salón, ven a Sara, Ester y Toby, dormidos sobre la alfombra, con una sábana hasta el cuello. La madre se acerca sonriendo.
- Estas niñas hacen unas cosas más raras... – dice mientras se agacha para destaparlas y descubrir horrorizada que ninguna de las cabezas está unida al cuerpo que le pertenece.
3 comentarios:
Brrrf!! ¿sabes si alguna de las niñas tenía un tristón más pequeño que la otra??
Me gusta el día de Halloween...
Las puertas...que cambios de mundo!
Pues si eso cambia los cuerpos yo me pido uno unos centímetros más alto! y de chica,claro!
Ya sabía yo que estas ideas no podían ser mías, que alguien me devuelva mi cabezaaaaaaaaa!!!!!
Publicar un comentario