Dice el refrán que “De bien nacida es ser agradecida”, y por si las moscas les voy a dar las gracias a todas aquellas personas que en algún momento pasaron por mi mundo y se fueron por donde habían venido, dejando tan sólo un pequeño rastro de polvo a su paso que no ha interferido para nada en la entrada de otras. Las personas vamos y venimos pero si estamos a gusto preferimos quedarnos, o por lo menos yo lo prefiero. De todos modos cada persona que en algún momento te ha robado un pensamiento, ha influido sin lugar a dudas, para bien o para mal, de forma intensa o estúpidamente efímera, en tí. Gente que te hace caminar al revés porque no eres lo suficientemente fuerte o sonrisas que te devuelven al camino que te lleva de vuelta a tu sitio. A aquellas personas que me hacen sentir que merece la pena levantarme con una sonrisa cada día y decir “Hola mundo” no hace falta que les escriba nada, puesto que le puedo dar las gracias en cualquier momento, siempre procuraré tenerlas a mi lado, a aquellas otras que me han hecho sentir la sensación de comerme un estropajo, les presto mis servicios para acompañarles a la puerta de salida y hacerles la reverencia con un profundo gracias, porque cada vez que me encuentro con una sé lo que no quiero ser de mayor. Un día, cuando ya tenga mucha práctica con el Yoga, en vez de la reverencia, les haré esto…
(es un montaje, no se ha maltratado a ningún animal para fotografiar esta escena)
It's raining cats and dogs!
Hace 10 años
1 comentarios:
Tienes mucha razón, las personas que realmente merecen la pena son las que se mantienen siempre, a pesar de la distancia o el tiempo. Las que se van sin avisar y sin razón, que tengan buen viaje, y que no vuelvan.
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