La semana pasada me salieron unas llagas en la lengua que me han impedido hablar y comer bien. Una no le da importancia al hecho de comer, hasta que no puede hacerlo. Y me he acordado de uno de mis personajes preferidos, Escarlata O´Hara.
Ella, durante una parte de “Lo que el viento se llevó”, tampoco come bien. En su caso no fue por llagas, sino porque la guerra les dejó en la miseria y sin comida.
Me solidarizo con ella, y también pongo a Dios por testigo, que las llagas no conseguirán aplastarme, viviré por encima de ellas y cuando haya terminado, nunca volveré a saber lo que es hambre… Aunque tenga que estofar (la comida), robar enjuagues o anestesiarme, a Dios pongo por testigo, ¡que jamás volveré a pasar hambre!
El secreto de la boticaria - Sarah Penner
Hace 1 mes
5 comentarios:
Es que no se sabe lo que se tiene hasta que se pierde (que no es tu caso). Yo te recomiendo de primero una sopa boba, así se despistará y pasará directamente a tu estómago y de segundo un lenguado (pa reforzar)
No hace falta que pongas a Dios por testigo, tu palabra y tu actitud es lo único que vale y lo único que existe.
Di que si, tu puedes con ellas!!eso seguro. Y cuando hayan desaparecido del todo, nos pegamos una pedazo comilona, vale?
Emborrachalas de cerveza, igual así puedes con ellas y si no, por lo menos pasas un buen rato.
Ten paciencia que pasará y luego todo te sabrá más bueno. Animo!
Estoy segura que la guerra la tienes ganada, aunque haya alguna batalla dura hasta el final.
Besitos encanto
Publicar un comentario