Ayudándome a mí misma

He de decir que ésta no ha sido mi mejor semana, ni física, ni mentalmente.
De todos modos, sigo diciendo lo mismo de siempre, el tiempo no para, las cosas fluyen, las cosas cambian y a veces tomas caminos que hacía tiempo te tocaba tomar. Hoy no me apetece enrollarme mucho con el tema este espiritual, prefiero guardarme el lenguaje del alma para mi sola, ahora lo necesito.

En realidad este post viene porque quería compartir con todos vosotros el hecho de que me queda ná para ya no hacer más guardias en el trabajo hasta después de Navidad (viernes tarde, sábado tarde), que la semana que viene me cojo dos días de fiesta, el 4 y el 5, días que pienso aprovechar para ir a dos sitios a los que ya tenía muchas ganas de ir y que por una cosa o por la otra no me había adentrado en ellos. Me gustaría decir donde voy a hacer un tapeo digno de un rey y donde me tomaré una cerveza o lo que en su barra se tercie porque tiene especial significado. Me iré conmigo misma, me cogeré del brazo y descolgaré una sonrisa.

La cosa no acaba aquí, porque a la semana siguiente me voy viernes, sábado, domingo y parte del Lunes a Munich con Escarlata, Santaquilla y más amigos. Esto se resume en buen rollo, frío, comida buena buena buena, vino caliente y bajadas en trineo a altas horas de la noche, antorchas y risas, con un broche final en forma de Mercadillo Navideño de postal.

Pero no se vayan... aún hay más, aterrizo el lunes, tengo fiesta y el martes también, así que aún tengo que buscarme un buen plan... y al viernes siguiente, Cena de Navidad de la empresa que desde luego no me hace ninguna ilusión, pero la diplomacia me ha puesto un cuchillo en el cuello y me veo obligada a ir así que drinking and dancing!, y muchas oraciones para que no se me tuerza el día con tantos lemmings a mi alrededor...

¿Qué os parece la que se me avecina?