18 de agosto de 2009

Ayer


Cuando Corazon de cojin llego a su destino, me escribio para contarme que me echaba de menos. Yo le conte de la mala fortuna de no habernos podido conocer mejor. Y a continuacion empezamos a olvidarnos. Y en esto de los olvidos estaba yo hasta ayer, cuando el rubio reaparecio en mi vida con ella del brazo. Tuvimos un trato minimo, aunque al despedirme me dio dos besos, muy en contra de las costumbres locales, muy normal en su manera de tratarnos. Ya sabeis que mi hada madrina no es muy espabilada, asi que no os sorprendera que al llegar a casa me encontrara mi camara llena de fotos de el con su nuevo look de mosquetero feliz, pero en todas cogido de la cintura de ella.

Acabe la noche mirando las pocas estrellas que se veian entre las nubes con pez numero dos, al calor del fuego que se apagaba, con las olas como musica de fondo. Excelente companyia, fin de fiesta ideal, pero por dentro el corazon me estaba sangrando como el Fujiyama en erupcion.

2 comentarios:

Escarlata dijo...

Mete al rubio en el baúl de los recuerdos, y dale en la cabeza al cerrarlo...
Pero creo que me he perdido algo, ¿les hiciste un reportaje fotográfico? Además de casar también haces las fotos? qué mujer más completa!

Naida dijo...

Estoy con Escarlata, dale bien fuerte con la tapa!!! y a otra cosa mariposa! inténtalo con todas tus fuerzas cada día y al final en el volcán aparecerá el Oso Yogui feliz como una perdiz