Recuerdo que en una noche de hace poco caminando por la nieve cuesta arriba, que no cuesta abajo aunque con un frío del carajo, Escarlata se sorprendía porque yo creía que no soportaría un concurso como Pekín Express, lleno de duras pruebas y riesgos inesperados.
Me imagino que se sorprendía porque yo no he sido de esas que se asustan con facilidad ante los retos pero...de un tiempo a esta parte me sentía más vieja, más frágil, una especie de sustancia gelatinosa propensa a ser muy poco cosa.
Pero alguien me dijo que viejos son sólo los muebles y las circunstancias y me alegra poder escribir que ahora soy pura energía.
Soy el conejito de Duracell, se me ha puesto la piel de tela rosa con bolas y dos platillos para ir pillando los cojoncillos a todo aquel y a todo lo cual quiere entorpecerme el camino.
Ahora mismo soy ... un caniche desbocado, con los pelos al viento y el rabo el movimiento, me dirigiré hacia el ocaso, no sea el caso que se me despeine la motivación
El secreto de la boticaria - Sarah Penner
Hace 1 mes
1 comentarios:
No será un Pekín Express, pero sí un Laponia Express!! Con esa energía entrarías en calor aún durmiendo en la nieve!
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