Día 1. Barcelona - Valencia

Es posible que no tengamos patinetes voladores como auguró Regreso al Futuro, peeero...hay Wi Fi en todos los sitios, así que manos a la obra, porque tengo pocos gigas en mi memoria y es mejor descargarlos. Además, lo prometido es deuda.

He empezado con DOS de mis objetos mágicos olvidados. Mi sombrero de paja que me hacía sentir como un cowboy y mi vestido de colorines para la Alhambra, caca!!

Salimos a las 5:00 h de la mañana con un sopor soporífero y en lo que me pareció un viaje relámpago llegamos a Valencia, tras hacer una parada para almorzar en una estación de servicio, donde había un hombre más dormido que yo que intentaba coger un bocadillo de jamón del buffet y no conseguía meter la mano porque había cristal por arriba y por abajo (que no por en medio) y el pobre no atinaba, yo en vez de ayudarle me entró la risa floja y no me llevé una hostia de milagro.

Valencia, descarga de objetos pesados en el hotel y paseo hasta la Ciudad de las Artes.

A pesar de que ha hecho un calor bochornoso, 38 grados, para mí, que soy un bombón, es peligroso...he de decir que me ha dejado encantada de la vida, he alucinado y sé que tengo que volver.

Cogimos el pase del Museo (porque estaba la exposición de Star Trek) y el del Oceanografic por aquello de tiburón tiburón...

Al Museo fuimos corriendo y es que la vena Trekkie llama. Me había traído una peluca azul para hacerme la foto en el Puente de Mando de la Enterprise pero, sinceramente, no había manera de peinarla bien, así que las fotos no han sido muy glamourosas. En cuanto a la exposición no estaba mal pero era menos de lo que me esperaba y el merchandasing pobre y cutre, así que no he podido traer intercomunicadores a nadie :(

Después nos fuimos corriendo a comer la paella valenciana. Cogimos mapa, coche y rumbo al Rte Riuà que me recomendó Chayo y que...estaba cerrado por vacaciones, preguntamos en el bar de al lado, nos dijeron que nos fuéramos a la playa (que educados, jejeje) y ni cortos ni perezosos pero con un calor del cagarse nos dirigimos hacia allí.

Diossss que buena la paella y que buena el litro de clara que nos metimos...tras una camarera borde que nos dijo que no había mesa para nosotros, otra que nos dijo que sí y que nos sentó justo en la silla donde estaba el bolso puesto de la camarera Troll-estamos cerrados. Menos mal que no le faltó nada dentro porque si no ya la hubiésemos tenido liada...

Siesta (por supuesto)

Y vuelta al Oceanografic. Increíble, Impresionante, Iiiijááá. Los que me conocéis sabéis que si me empujais al mar muero directamente, no? pues creo que el Oceanografic me ha quitado los miedos...me encantan los peces (incluso los tiburones) aunque me haya enamorado de las focas, de las rayas, de las belugas y por encima de todo de los delfines. Claro que estoy segura de que los que hicieron el espectáculo eran biónicos porque es imposible hacer lo que hacían, YO QUIERO SER DELFIN.

Así que cuando lleguemos a Barcelona, tengo que hablar muy seriamente con Murphys (mi gato) y advertirle que en breve tendrá unos nuevos compañeros, Tutumaki (la foca), Buenos días que tal (la raya), Muffins (la beluga) y Rodrigo (el delfín)

Y ahora nos vamos para Graná, haciendo parada en Lorca... ¿porqué será?