Tanto gastar en cremas y más cremas para ensalzar nuestra belleza y a veces no nos acordamos que lo que nos hace estar más guapas es cuidar la belleza interior.
Nos encontramos cada día con miles de personas que llevan una máscara reluciente por cara, tan espesa que no deja brillar a su alma.
Cada día que pasa me es más difícil coexistir en el microclima laboral en el que estoy acostumbrada a trabajar, tal vez me fascina tanto la serie de Star Trek porque al fin y al cabo me siento como en casa, rodeada de alienígenas veo la vida pasar. He de reconocer que estos personajillos logran acabar con mi espíritu cada día y en menos de ocho horas, y luego pretendo que una crema milagrosa bien sea de baba de caracol o de vitamina C directamente extraída de un campo de cultivo de naranjas en Valencia, borre de mi cara todo el estrés y el sufrimiento.
Definitivamente no hemos nacido para eso, yo por lo menos no. Y hay veces en que te miras al espejo y le ves no solo las patas al gallo sino que lo oyes cantar y milagrosamente se puede producir que cinco minutos después y tras la llamada de una buena amiga, tenga voz o no, tu cara sea otra, mucho más sonriente, con los ojos mágicamente resultones y con el gallo yéndose a otro corral que le sea de más provecho.
No hay fórmulas para esta renovación celular, ya se pueden poner como quieran los anuncios de L’Oreal y compañía, que donde se halle la felicidad que se quiten los compuestos químicos.
Es Domingo y me enfrento de nuevo a la lucha mental del término de la semana: ¿Qué actitud debo adoptar para enfrentarme a la invasión de las especies?
Tal vez sea que mi mente hoy está raramente despejada, tal vez sea que el hecho de calentarme vía esterilla la hucha, por inercia haga hogar en mi cuerpo, puede que en algunos momentos se alcance un estado de lucidez en el que ves claro lo que quieres, pero tanto darle vueltas y vueltas a las cosas… y creo que la solución es falsear la sonrisa al ojo ajeno y sonreír con el corazón a los amigos, para todo lo demás, mejor damos la espalda
El secreto de la boticaria - Sarah Penner
Hace 1 mes
2 comentarios:
Qué razón tienes!! Yo creo que las cosas más sanas, las que te rejuvenecen y te embellecen, son reír, bailar, y practicar sexo. O no??
Me encanta este mensaje, ahora que lo vuelvo a releer, cuánta razón tienes y qué bien lo has dicho!
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