Hoy aparezco para regalaros una imagen mental.
Como últimamente ando con desavenencias mentales varias que no me están resultando nada agradables he conseguido, en vez de irme para abajo (aún manteniéndome en un fino hilo), evocar una imagen que me está ayudando muy mucho. Así que si hay la más mínima posibilidad de hacer que alguien más se mantenga en pie compartiéndola allá va.
Ahora me imagino mi vida como una escalera. En mi caso me la he imaginado de piedra roída y húmeda, gris oscura, por aquello de mi lado un poco gótico. Y tiene una baranda.
Es una escalera muy larga, tanto que ni mirando para abajo ni para arriba veo el final. Y estoy yo sola, porque creo que debemos saber estar solos.
Estoy sentada, con los pies bien juntos rodeando mis rodillas con los brazos y mi barbilla apoyada encima de ellas mirando hacia abajo (lo pasado).
Volver hacia abajo sería una pérdida de tiempo, tantos escalones ya recorridos...creo que no se deben volver a pisar, porque tendría que volver a subir y últimamente estoy muy perra.
Es un convencimiento total, no hay que bajar.
Subir?
Ahora mismo tampoco puedo, no me apetece. Estoy bien en mi escalón, recogida y pensando.
Las barandas, mis amigos, donde se que me podré apoyar cuando tenga ganas de levantarme de nuevo, aunque antes probaré a subir a gatas que cada uno tiene sus cosas y prefiero saber que me puedo levantar sola por si las moscas ocurre lo de “Mecanoscrit del Segon Origen”.
Ahora mismo está pasando un vendaval pero yo seguiré allí recogida, sumergida en mis raros y dislocados pensamientos, hasta que tenga ganas de levantarme y seguir subiendo, que cada escalón es un gran acontecimiento.
Los minutos cuchillo pasan, siempre pasan.
El secreto de la boticaria - Sarah Penner
Hace 1 mes
3 comentarios:
Qué post más bonito y qué fácil hacerse una idea de lo que sientes! Está claro que no eres de las que bajas escalones... Para cuando te apetezca subir, yo te espero en el descansillo, que tampoco estoy yo para subir muchas escaleras, y echamos una partida de Scrabble para reponer fuerzas.
Hoy la ves así y otro día verás que lo de roída, húmeda y gris es sólo una apreciación y se convertirá en una bonita escalera hecha de piedra gris con pequeños surcos donde crece la hierba y húmeda del rocío de la mañana y que va a dar a un resplandeciente jardín donde puede esperarte Escarlata para jugar esa partida de Scrabble y pasar un buen rato. (cursi que está una hoy!)
Bonita escalera para subir cuando desees, siempre que tú quieras la vas a tener ahí, junto a esas barandillas que nunca faltarán
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