18 de marzo de 2010

Sin presentimientos.


Asi es como ha pasado. Pez numero dos –ver mi entrada “Ayer”, del 18 de agosto de 2009, y anteriores- es el que se esta llevando el gato al agua. En estos meses de silencio bloguero, pez numero dos se revelo como un pescado al que siempre queria tener en el cesto. Siempre he tenido debilidad por las almas que mezclan humor e inteligencia. Esta ademas venia forrada de un mullido colchon de plumas que me hace sentir comoda como ningun XY que hasta ahora haya asaltado mi camino. Yo queria ese colchon de plumas para estirarme cuando el camino era largo o empinado, o cuando el recuerdo de excursiones pasadas amenazaba con pararme los pies, o a veces simplemente por el puro placer de estirarse a ver pasar las nubes. En esas ocasiones pez numero dos siempre estaba dispuesto a escuchar, debatir y confortar. Y cuando llegaba el momento de ser yo la oreja no solia haber tapon que se interpusiera entre sus vivencias y yo, por esa curiosidad innata sobre la vida ajena que tengo yo y tantas otras, pero tambien por el puro placer de escucharle contar cosas. Mientras tanto, la herida del rubio aun no se cerraba, y preveia una larga convalecencia. En el amor yo era un caso sin remedio que ahora habia encontrado la prueba viviente de que hombre y mujer pueden ser buenos amigos sin que haya puro placer a secas.

En este sentido empece el anyo como lo termine. El no. O no estoy segura aun. El caso es que un dia de finales de enero me deje querer. Me harte de querer ser Diana cazadora a la busqueda de la presa perfecta que siempre es mas rapida que yo. Estaba cansada, y me eche la siesta en el colchon de plumas. Y desde entonces lo repito con frecuencia. Aun no se si es lo que mas me gusta o lo que mas me conviene. A veces comparto cama con un pumita suave y carinyoso. Otras con una fiera que no considera la fuerza de sus zarpazos. Y ocasionalmente con Woody Allen, que es el que mas me molesta, y por quien seguro acabare abandonando el lecho si sigue apareciendo. Y a veces no puedo dormir, por temor a ahogar el pez. Pero aqui sigo, vacilante pero amada, que para variar no esta nada mal.

4 comentarios:

Naida dijo...

Me ha llegado al corazón este escrito...si me permites un consejo aunque ya se que no lo has pedido, ten muy claro lo que no quieres en tu vida, es decir a Woody y por lo demás fluye...no le des vueltas...porque todo acaba andando solo...

Escarlata dijo...

Aprovecha el colchón mientras estés cómoda en él, y si te empiezas a despertar con dolor de espalda o de cabeza porque Woody te agobia, a cambiar de puma, que en el monte seguro que hay más escondidos...Y me alegro mucho de que ahora estés tan a gusto!

momo dijo...

Para disfrutrar de algo lo mejor es hacerlo sin reservas, sin pensar más allá del puro disfrute y cuando te des cuenta de que piensas más que disfrutas, es que estará llegando la hora y que pronto la noria volverá a girar sin saber dónde te llevará. Por ahora vívelo y disfruta.

Antonieta dijo...

Estoy muy contenta por ti, te lo mereces. No analices cada segundo de tu vida, y que no te distraigan hologramas en el horizonte, valora lo que tienes. La presa perfecta no existe, sólo la que conoces por todas sus caras es la que vale la pena. Déjate querer, pero también aprende a querer a quien te quiere de verdad.
Besitos!!!!