25 de noviembre de 2009

Estar en el sitio adecuado en el momento adecuado


Hace unos meses, un día de esos que cuentan, entré por la boca del metro y me rodeó una música de flauta que me hizo dar un paseo por las nubes. Tengo que reconocer que nunca he dado nada a los músicos del metro (tal vez en alguna ocasión pero si es así muy pocas) pero este día le dí lo que llevaba en los bolsillos, no recuerdo cuanto pero se que era bastante. Si hubiese ocurrido esta misma situación siendo yo millonaria, le habría dado un cheque que hubiese cambiado todas su vida, le hubiese regalado millones y millones sin pensármelo dos veces con lo cual ... estamos en manos de la suerte y nunca podremos decir lo que nos va a ocurrir en los cinco minutos siguientes.


Las situaciones hacen que las personas estemos en constante cambio y nunca sabremos quien influirá en nosotros, de qué manera y cuando. Así que yo, he optado por dejar de darle vueltas a la cabeza, no en plan la niña del exorcista sino a todas aquellas cosas que ocurren y por las que yo no puedo hacer nada o por cosas que ya han pasado o por gente que no merece la pena.


Esta vez veo el vaso medio lleno y en vez de bebérmelo entero, me lo beberé a sorbos, así todo se disfruta mejor.

3 comentarios:

SERGI dijo...

Momentos, la vida está llena de ellos y son los que nos hacen sonreir y llorar, seguro que ese músico cuando te vio sacar todo lo que tenías en tú bolsillo tuvo un momento igual de mágico que tú.
Aprovecha ese vaso medio lleno y disfrútalo y busca esa botella mágica para poder seguir llenándolo.

Sònia... no tan fiera... dijo...

:) eso es la paz interior, no? Esos días que cuentan son una gozada, lástima que se nos olvida embotellar lo que sentimos en ese momento..

Muaksssss

Escarlata dijo...

El músico te alegró aún más el día y tú se lo alegraste a él… y a continuar llenando el vaso con momentos especiales como ese! A veces cuando menos los buscas aparecen, como las setas de los pitufos.